El cielo tiene sus ciclos y hoy comienza la cosecha. Cosechas lo que has sembrado emocionalmente desde mayo a la fecha… pero tal vez más, cosechas lo que llevas sembrando en trabajo personal de transformación y observación de tu emoción y tu espiritualidad. Cosechas con buena voluntad lo que te corresponde, viendo entre tus manos los frutos de tu nueva manera de sentir y percibir todo lo que te rodea. Han sido días algo perturbadores pero por enfados internos que, tal vez notas en lo irritado que están los que te rodean. Hay desánimo porque la renuncia al “yo quiero” ha sido dura, para reemplazarla por la aceptación de lo que el universo y su costura de los tiempos entrega en este fruto.
La cosecha no es el resultado de tu pedido, sino la revelación desde hoy y los siguientes días a ver cómo se devuelve la claridad para verte benéficamente y en condiciones de tranquilidad, a pesar que no se haya realizado tus “yo quiero”. Pero hubo un deseo, y fue emprender causas que tenían nobles intenciones y no perversas consecuencias. Allí revelas que lo has hecho bien, y desde hoy, se te devuelve de muchas maneras lo sembrado durante tantos días y noches.
Desde hoy, puedes reconocer que hay un nuevo sentir dentro de ti, a veces de vacío, a veces de sorpresas. En verdad, siempre te transformas, y los ciclos de la luna sirven para contar las veces que cambias en la vida. Si no cambiaras y permaneciera todo como “queremos”, moriríamos y seríamos la parte inerte del universo. Pero no, tu alma y tu conciencia son la parte viva, y mutamos constantemente en la revelación y el asombro. En el estado humano, nacimos felices hasta que aprendiste de las leyendas del miedo y la culpa, cosa que ha ensuciado el propósito del ser. Y este ciclo que comienza hoy -la cosecha-, te regala la magia de ver los detalles, los aspectos sutiles de los hechos y sucesos que pasan a tu alrededor, para que notes que hay nueva disposición, nueva sensación, nueva armonía, y nuevos deseos que ahora con alegría y no terquedad, comienza con la recolección de los frutos ganados en este tiempo. Más allá de lo bueno o malo, todo sucede nuevamente con mayor madurez, más voluntad y buena disposición a poner el alma y la confianza por sobre la desazón y el desfallecimiento.