Nunca dejas de ser Alumno, pero he vuelto a serlo. He comprado un tiempo para dedicarme a esto. Y tener este espacio con entera dedicación permite reforzar creencias y destilar sabidurías para simplemente estudiar. Y he preferido los Maestros a las Academias. Siempre ha sido así. Un Maestro te entrega a la medida lo que necesitas y, desde su percepción totalmente subjetiva y propia de sí, te da lo que aprecia de ti. ¿Y qué ve tu Maestro? ve tu hambre o tu necesidad, tus ganas o tu interés, y él se exige en función de esas coordenadas que coordina para que pueda ver tu asombro en logros, y ver tu ejercicio y tu caminar para darte el equilibrio en los primeros pasos. Luego te deja partir. Un buen Maestro, te deja partir, y acepta o no si le pides más, porque él también espera que lo dejes ir.
Y llevo más de un año estudiando todo de nuevo. Sin miedo, sin soberbia de creer que se, sin arrepentimiento, y sobretodo, sin sacrificio, sino que con entero placer. Estudio lo que me gusta y me ha dado un camino en la Magia y la Sanación, la Orientación de personas, acompañamientos de procesos de crisis, de transformación y emociones en conflicto.
En el pasado, cuando aprendí todo lo que se, lo hice con hambre y con un sentido de finalidad. Hoy, al volver a estudiar, mis Maestros me enseñan sintiendo que ya estoy satisfecho y no necesariamente retomaré una actividad, sino que vuelvo a aprender para tocar la profundidad de nuevos puntos de vista -a veces más críticos, a veces más asombrosos- que crean relaciones con otros conocimientos que nunca habías imaginado.
He detenido el dar cursos y el enseñar lo que se, porque lo he vuelto a estudiar.
Volver a mirar muchas materias me devuelve la pasión de volver a soñar. Aprendo la Geometría Sagrada nuevamente, con menos supuestos y más realidad, desde lo que se sabe, ahora considerando muchas materias jamás pensadas; y claramente con esa respiración en la espiritualidad, en la luz de sus ángulos y sus Mandalas que dan forma a la materia y al espacio. Lo entendí caminando por Marruecos y el Desierto del Sahara, donde todo habla de un Universo Sagrado y Geométrico. Pero fue en una librería en Singapur donde tuve la revelación de entender todo de nuevo, y encontré a Mi Maestro de esta disciplina.
Volví a estudiar Kabaláh en silencio y en actitud de profunda humildad. Recibo esto tan sagrado que devuelve a la Tierra y a la Conciencia algo tan enigmático que nos conduce al Sentido de la Vida. En su Árbol de la Vida, encuentro todo lo posible dentro de lo imposible. Vuelvo a ser discípulo del Chamanismo con mi Maestro Gaspar, quien nuevamente me enseña las claves para comprender, con una mirada ancestral latinoamericana -tanto Andina como Centroamericana-, la vida y la eternidad, el acto ceremonial y el poder de la tensión como forma de creer y crear conciencia. Volví a estudiar Tarot, y en cada arquetipo encuentro un sinfín de sabidurías filosóficas que construyen un libro para entender nuestra psiquis y nuestra emoción. Volví a estudiar Espiritualidad con la disciplina y el rigor de leer los libros de Alice Bailey en un orden determinado. Volví a estudiar Astrología. Volví a estudiar tantas técnicas de Sanación para volver a repensar la energía y su poder, y vuelvo a creer que somos un puente entre un deseo poderoso del universo y un deseo poderoso de nuestras creencias… y la misión en la Tierra es conciliar ambos poderes. Volví a estudiar y voy aceptando y entendiendo cómo fue que llegué a todo esto.
Y sobretodo, vuelvo a este momento de mi vida como alumno de James Forrester en un curso que no tiene nombre, pero que suena a Futurología de la Magia. En sus lecciones entrega datos relevantes acerca de cómo lo enigmático del pasado siempre se refugió en sentidos Espirituales, Mágicos, de Logias y Cofradías, donde se estudiaba y practicaba un camino distinto a la historia oficial, porque lo que se escondía era la Ciencia del Asombro, y que mediante ciertas técnicas construyes el manejo de la predicción y la creación de destinos. Potencia la Videncia y la Intuición de tal forma, que puedes leer las noticias y comprendes que detrás de cada suceso hay un movimiento tan grande de influencias y fuerzas que llevan todo hacia un lugar. Y vamos hacia un lugar muy nuevo que es casi imperceptible su movimiento. Y vamos cegados de tecnología y ambición para disfrazar nuevas maneras de vivir. Y si no fuimos capaces de adaptarnos y aceptar el presente como es, será más difícil entender el mañana y cómo nuestros hijos y nietos vivirán en él. Si no aceptas eso tan sensible y tan profundo como la Espiritualidad, que sólo eres una repetición de creencias que esperan ser repetidas por ti o instalar las nuevas. Si no aceptas la sensibilidad y la calma de tu ser, entendiendo que el ser necesita aprender de la Alegre Soledad interior, no podrás estar en paz con los demás. Y ese es el desafío, porque hay poderosos en todas partes que esperan tu confusión y la ambición de las cosas por sobre las personas, para que seas clientes de sus credos, trabajes en sus proyectos, y sobretodo, seas dependiente de nuevas maneras de creer que prometerán lo mismo de siempre y seremos parte de aquello. Aprender tantas cosas de Magia moderna hace que entiendas cómo se mueve el presente y cómo desde el futuro te guías a ti mismo para no equivocar tu proceso, tu aprender y tu desarrollo.
Y sobretodo, aprendo de la gran Maestra, la Vida Misma, que me ofrece repeticiones, esta vez para aprender y entender cosas que en la inmadurez anterior no pude tomarlas de una manera cómoda. En esos tiempos, aún luchaba contra las creencias de mi clan y no tenía la visión de entender tantos detalles que hoy los puedo aceptar y trabajar. Sólo pensaba en huir y eso me trajo hasta este presente. No me arrepiento, sino sonrío con satisfacción por el arriesgado método que acepté. Y eso de ser discípulo de la Vida hace que vuelva a escribir la historia, pero desde el que soy mañana, ese que me sueño, ese que intuyo, ese que tiene las certezas recorridas y no la incertidumbre y la duda, ese que está en espíritu, en energía, que voy creando en mi gozo y voy amándolo profundamente. Porque cuando me amo profundamente desaparece el miedo, desaparecen las voces interiores y desaparece eso que me enjuicia.
Me he comprado un tiempo de aprender, y llevo meses en esto y siento que estoy por graduarme. Y si escribo todo esto es porque quiero invitarte a mi graduación, y no para que aplaudas, sino para invitarte a aprender, invitarte a que seas alumno o alumna nuevamente, invitarte a comprar un tiempo para ti, para que descubras ese que está en el futuro, que te espera para darte un abrazo, para darte amor y cariño, y sobretodo, para darte la admiración de que pudiste, pudiste ser, pudiste entender que no todo es tan cierto y que no todo es tan real. Y que el que vive allá en el mañana ya existe y te guía. Pero como aun no crees en ello, tu crees dirigir tus pasos hacia allá, a veces por el camino del aprendizaje y el error, y otras veces por el del iluminado gozo de la certeza, ese que te alienta a ser y hacer lo tuyo, ese que no duda, ese que sonríe todo el tiempo, ese que está a un paso de decidir. Bienvenido a estos tiempos de ser alumno otra vez. No te arrepentirás.