Los Cuatro Caminos de la Luna Llena

luna llena

La Luna Llena nos mostró sus caminos, su reflexión y su sabiduría. Nos mostró su feminidad y cómo se transforma en nuestra madre haciéndonos caricias para que estemos en paz al momento de decidir algo importante.
Anoche hubo Luna Llena. Una luna muy brillante se asomó desde el mar y ofreció su reflexión. El silencio habla e inspira. Su luz plata envuelve e ilumina tiernamente. Reunidos en semicírculo de frente a la luna, el momento se fue volviendo especial para hacer la pregunta de la reflexión de hoy: cómo hemos llegado hasta acá.
Hay dos impresiones… o somos sobrevivientes a todo lo que nos ha ocurrido en la vida, o cada cosa sucedida es consecuencia de la anterior y, por lo tanto, llegamos sin mucha lógica ni planificación a estar acá.
La vida tiene un programa que está creado para tener caminos o posibilidades, así que -consciente o inconscientemente-, siempre estamos tomando decisiones. Todo toma decisiones, y ocupa los ritmos, los pulsos, los ciclos para tomar la siguiente. Es como saber reconocer y sentir esas ganas para moverse al siguiente lugar. Todo es maravillosamente una eterna secuencia, un trenzado, un telar, secuencias muy amorosas, muy Divinas que nos asombra con su improvisación.
Es en esa improvisación -algo azaroso, algo casual-, lo que nos invita a conversar los caminos, los sederos que hemos cruzado para llegar hasta acá, y, agradeciendo a la vida el esfuerzo que cada uno ha realizado, inicialmente conversamos y apreciamos que hemos creído que somos sobrevivientes a cada suceso, a cada momento y circunstancia.
Calmando la emoción y el ímpetu personal, aparece una de las mas hermosas reflexiones de la noche: estamos acá porque pareciera que todo ha sucedido para que sea así. Es como si todo estuviera ordenado al revés, y simplemente vamos destrenzando los destinos y posibilidades tomando decisiones, sólo que se nos ha sido vedado la posibilidad de recordar el futuro y sólo nos queda la aventura, tiernamente incierta, de tejer-deshenredar lo que hemos llamado “el futuro».
Mentalmente, en el mundo contemporáneo, hemos construido cuatro caminos mágicos en forma constante. Todos nuestros antepasados (más de quinientos por lo menos), nos han dado la posibilidad de estar acá y hemos tomado su conciencia. nos enseñaron que hoy vivimos conectados a cuatro ideas.
La primera, el cielo. La asociamos a la mente y al camino del sabio y su sabiduría. Son las ideas, las reflexiones y las decisiones que establecemos para crear y producir talento… y cada cual en su especialidad. nos sentimos inteligentes y nos sentimos creativos e ingeniosos, ocurrentes y hábiles. Es la mente o la inspiración Divina, o tal vez el recuerdo de saberlo todo cuando estuvimos en otro estado.
La segunda, la tierra y sus riquezas. Pisamos nuestro camino de riquezas, y caminamos por senderos que merecemos. Se nos olvidó esto y creemos que caminamos nuestras circunstancias. Pero no, caminamos lo que merecemos. Es una gran decisión tener siempre el cuidado de pisar tierra fértil y montañas ricas y prósperas. La prosperidad es un presente que depende de nuestras elecciones y caminos, circunstancias y realidades que cada uno se quiera narrar y soñar, creer y sentir.
La tercera, nuestro lado derecho, nuestra herencia, lo que tomamos de nuestros ancestros, lo que amamos, lo que aprendimos y vivimos en el presente: nuestros sentimientos, sensaciones, reflexiones y pasiones. A veces le llamamos el pasado… ese que ya no existe y a veces nos encontramos tratando de que no desaparezca. El pasado es para recordar y aprender, es para amar y traer al presente sólo el sentir (y no el hacer), pues no se puede hacer ni vivir en el pasado.
La cuarta, el deseo y ambición, el placer y el gozo eterno. Tal vez, de los mas espirituales y angelicales caminos. La eternidad, la totalidad de lo que nos espera y que cada uno tejerá tomando decisiones. Decidimos hoy para gozar próximamente, pero lo “próximo” ya está acá, a unos pasitos. El deseo también es un estado de ánimo que nos impulsa, es una actitud, es finalmente, una decisión. Hacia allá vamos y de allí venimos. Siempre estamos ante la posibilidad de gozar, y nuestra estructura angelical nos lo recuerda a cada instante: vinimos a este paraíso a gozar el mundo, a disfrutar sus delicias, a estar construyendo paz y armonía para sentarnos en ella y contemplar. Cuando se nos olvida, instalamos la creencia que en el conflicto o el desafío está el placer. Pues no, eso te han hecho creer para que otro ejerza su dominio sobre tu creencia y tu te sometas a su deseo, y olvides el tuyo. La comarca, o las sociedades, son organizaciones de solidaridad y compasión que tienen sueños y formas de vida común. Sumamos deseos de paz y bondad, gozo y alegría, para construir nuestro presente individual.
Los viajes como estos, de búsqueda de Sentido de Vida, sirven para detener el tiempo y salir de lo cotidiano para reflexionar estas cosas tan esenciales que los pendientes diarios van ocultando a los ojos del corazón y la vida.
Anoche, en plena Luna Llena nos dedicamos a la reconstrucción de nuestra esencia, para que durante el día, podamos conocer los cuatro caminos, los cuatro momentos, las cuatro ceremonias que están para nosotros. Así son los viajes de Búsqueda de Sentido, son para vivirlos desde el alma.

Fernando Araya Urquiza
Escrito en Rivera Maya, Playa del Carmen
Viaje de Búsqueda de Sentidos
Julio 2014

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