Cuando llegamos a este mundo lo que más nos cuesta asumir es la dualidad, aunque venimos de lo húmedo del interior de nuestra madre a lo seco del mundo externo.. En este plano somos dos opuestos. El día y la noche fue en un comienzo y luego comenzaron las mutaciones hasta volverse cada vez mas exquisitas. El agua y la tierra, el cielo y el infierno, el pasado y el futuro, lo correcto y lo incorrecto. Apareció la bondad y la quietud, el miedo y el amor, la compañía y la soledad. tuvimos que decidir entre la pereza y el trabajo, entre el sueño y el esfuerzo, entre la vida y la muerte.
Crecimos, nos forjamos en medio de dos lados y surge la frontera. Con la frontera, surge el viaje, pues para viajar, hay que cruzar un límite, y así surgen los buenos y los distintos, los de mi habla y los del habla extraño, los de mis costumbres y costumbres foráneas. Comenzamos a vernos distintos, comenzamos a dudar del otro, comenzó la guerra.
Luego de destruir todo, instalamos la paz, como opuesto al dolor. Allí surgen los derechos como opuesto a las dictaduras, la clemencia como opuesto al castigo, el perdón como opuesto al rencor. Con esto, tratamos de crear el olvido en oposición al trauma, cosa que fue imposible. Tratamos de crear la esperanza como opuesto a la realidad. Tratamos de crear las creencias como camino ante nuestro extravío del plan original.
El olvido parece que fue una gran solución ante la tenacidad del recuerdo. Y parece que volvemos a la magia del amor interno como refugio a los amores mal entendidos de los otros. Aparece la “Compasión» como propuesta ante la vergonzosa actitud culposa del “Conmover”.
Como dice mi maestro, «muchos dejaron las iglesias para hablar directamente con Dios”. En esta comunicación parece que nos dimos nuevamente la oportunidad de “un sentido”. Nunca salimos del mismo punto, siempre creímos que sí. Pues simplemente ahora queremos ser humanos que miran a Dios. Sirvió mucho el Ateísmo. El Ateísmo gracias al Diosismo. Dios no es una persona, es una energía y una sensación amorosa interior que resume el amor de todo lo que existe. El Diablo es el pozo acumulado de toda nuestra mala onda humana. Si el filósofo pregunta, el poeta responde: Mi reino no es de este libro.