Este año asegura que tu corazón brote semillas nuevas, lo hace todas las noches en tus sueños. Cerciórate que todo el pasado está bien enterrado para que estas semillas tomen lo anterior de abono. Asegura de respirar profundo y date cuenta que este aire es del presente, no del pasado ni del futuro. No es melancolía ni añoranza, es el hoy que entra a tus pulmones.
Alégrate profundamente de saber que estas feliz y que todo a tu alrededor está bien. Alégrate de saber que millones de años han pasado por tu cuerpo para llegar a la perfección de lo que hoy eres. Sonríe con ganas de saber que tu alma ha experimentado la vida en miles de existencias antes de llegar a la tuya para regalarte este presente y esta experiencia. Date cuenta que eres el milagro del universo y que estás acá para vivenciarlo.
Simplemente siente que eres la Reina o el Rey, porque lo eres. En estos nuevos tiempos, todas las deidades y el universo confabulan para que esta gratitud te sea concedida conscientemente. Y te pasarán cosas muy mágicas e inexplicables… son las deidades. Esta Gratitud es la inspiración del Aprendiz que llevas dentro, que comienza a despertar, a abrir los ojos a estos nuevos tiempos en que recordamos intuitivamente cada emoción de paz y tranquilidad.
Y si por alguna razón la desazón y el desánimo te invaden, date cuenta que estás bajo la influencia de un mandato de trece mil años, en donde nos enseñaron artificialmente a sentirnos que dependemos de otros, que fuimos expulsados y castigados del paraíso, palpando el miedo, la culpa y la victimización como si fueran la única verdad. Date cuenta que nada, absolutamente nada es perjudicial, sino que uno permite que otros tomen decisiones por ti. Y si a pesar de todo, persiste estas sensaciones, date el permiso de cambiar radicalmente, de hacer un giro total, de entregarte a todo lo que tienes, no pasará nada, no morirás, no puede ser nada peor que lo anterior. No sirve de nada todo el oro de tu caja para solucionar tus problemas en estos días, sino el oro líquido que corre por tus venas, y que a cada latir nutre esas semillas que brotan en tus sueños.