Eres un ángel y eres Divino. El paraíso es un lugar que hemos inventado y construido para dejar de aceptar que somos divinos. Vivimos al revés. Como alma, hemos salido de un lugar para llegar a esta Tierra y levantar nuestro lugar. Aprendimos a hablar. Aprendimos a construir, aprendimos a convivir, y en esa organización iniciamos el proceso de “el olvido” de nuestra naturaleza para comenzar a adorar falsamente lo que realmente somos: somos divinos.

El olvido de nuestro sagrado origen nos obliga a construir el Paraíso. Lo imaginamos santo, en paz, eterno, bello. Y para darle sentido también construimos el infierno, el castigo, el dolor, la culpa. ¿No te das cuenta que tu boca y tu corazón quieren decir bellezas verdaderas, pero tu voz interior y tu mente construye lo feo?. Allí está la clave para entender el Paraíso. Sólo debes recordar que ya estás viviendo en él, y la voz interior responde en forma de ego y es la fuente de tu olvido, es el vacío que te inventas en la mente para no querer descubrir lo mas bello, lo mas sagrado, lo mas eterno que tienes.

Dentro de tu corazón vive una sensación dual que nos da paz o nos ahoga a la vez. Es como si allí estuviera una verdad que no habla nuestro idioma y que sólo en el sentir aparece revelada. Allí está guardado el radar del Paraíso. Allí atesoramos la sensación de saber que ya vivimos en tranquilidad. Allí está la inspiración. Allí está el Amor a sí mismo, allí está el amor al otro. Y cuando dejamos de sentir paz el radar activa la sensación de cambiar algo que no nos parece o no nos gusta. Allí comenzó el olvido, y allí comienza el retorno.