Todo pasa por algo. Pero ese algo tiene que ver contigo. Y no significa que tu atraigas necesariamente las cosas que suceden, sino que creas la energía para que los destinos aparezcan. Siempre suceden cosas, y creemos que el entorno es favorable o desfavorable, porque escuchamos nuestra voz interna que lleva tu historia en forma de crítica o en forma de víctima. Así nos formamos, así aprendimos del mundo. Nos hicieron creer, en nombre del progreso o la sobrevivencia, que la vida tiene esfuerzo desmesurado y a veces cruel. No es así. El dilema no está en el entorno, sino en la mirada del entorno.
Re-mirar el mundo, con ojos de Aprendiz, el que descubre el nuevo mundo. Aprender que el caos o la crisis es la manera de crear un nuevo orden. El entorno, el presente, tu pasado, tu enfermedad o tu suceso será horrible en la medida en que lo veas con ojos de juicio. Te propongo volver a mirar con ojos de bondad.
Sanar es re-mirar la historia. Aunque duela, aceptar que sucedieron vivencias que son parte de un aprender. Y no pudo ser de otra manera. Es difícil entenderlo rápidamente, pero date el permiso de aceptar. Acepta el caos sin culpa, acepta tu vivencia sin ser víctima. Comprende que todo está allí para adaptar tu presente al nuevo camino. Esa es tu labor, nadie hará nada por ti. Date el permiso de ser feliz, date el permiso a equivocarte. Aprende a Recordar de otra manera, más comprensiva, más dulce. «Re», significa volver; y «Corda» significa corazón. Recordar es el acto de volver a pasar por el corazón cada uno de los sucesos. El corazón no juzga, el corazón te trae al presente la obligación de amarte en cada hecho, en cada dolor, en cada decisión y en cada destino. No hay destinos buenos ni malos, hay caminos con o sin corazón. tu eliges.