Una semana para evitar el insistir en tus caprichos, tus ideas repetitivas, o tu rabia o rencor que te lleva por el camino del abandono del control, creando venganzas, discusiones o insistencias a la fuerza de lo que quieres que sea a tu forma. Son días donde la energía de la insistencia se amplifica perdiendo más de lo necesario y ganando muy poco o nada de lo que pretendías. Por lo mismo, son días donde cobrar por insistencia crea enemistad y distancia con quien tienes alianzas, acuerdos o sentimientos. Son días para estar en calma y repitiéndose internamente que todo está bien y que llegan días del futuro donde habrán mejores condiciones para tus propuestas, tu opinión y tu razón. También, son días donde podemos tender a imaginar o suponer lo que la realidad no es. Suponemos sentimientos, actitudes, riesgos y peligros, que en verdad no es tan así. Nada es tan categórico, y son tus pensamientos y tu voz interior que tiene miedo. Esto hace que tengas que entender que el dinero necesita de tu madurez y tu mesura para ir a su encuentro. Sí, eres tu quien tiene que ir al encuentro del dinero sin tener que abandonar ni tomar medidas extremas. Eso significa que son días donde tus pensamientos pueden llevarte a hacerte creer que estás en riesgo, cuando en verdad estás en la pereza de tener que hacer cambios necesarios. Porque son días de cambios necesarios. Cambiamos hacia lo simple, lo austero, lo sensato y lo prudente. Porque aún no te has dado cuenta que el lujo, la riqueza, el valor y el poder buscan lo simple y hermoso, lo humilde y lo equilibrado para llamarle riqueza a lo más simple, con menos dorado, con menos brillos, en voz baja, en calma. Podrías ser el grito en medio de la calma, lo que encandila cuando quieres iluminar, lo que destruye cuando tocas sin delicadeza. Allí están las claves para el amor: nada que forzar, nada que insistir, para que el sentimiento llegue cuando tenga que llegar y permitir que sentimos para nosotros aprendiendo que el vacío no se produce porque se alejan o te abandonan, sino porque tu te abandonas del centro de tus creencias, sentimientos y verdades, queriendo ser y parecer como creen, sienten y juran los demás sus verdades. Son días donde hay una obligada calma, donde habrán quienes sean irrespetuosos, petulantes, agresivos y soberbios, destruyendo con más vehemencia, imponiendo con más estupidez y sobretodo, creyendo que son dueños de la versión que insisten llamarla “verdad”. La verdad no existe, solo hay humildes versiones que, sumada a las versiones de los demás, sólo construyen versiones provisorias de aquello que madurará en el tiempo. Calma, firma esos documentos la próxima semana, tal vez mejor a final de mes. Comprométete con cuidado, midiendo lo que es posible separado de lo que sólo es fanfarronería. Son tiempo de promesas pequeñas y simples, porque las grandes promesas son furiosos huracanes creados para que te confundas. No seas quien fabrique vientos de destrucción con tu alarma y desesperación, y ofrece esos pensamientos tormentosos a la curiosidad de saber que puedes imaginar todo lo que quieras para luego regresar a la calma, el silencio y la paz interior.