Esta semana, en lo único donde tendremos certezas es en los sentimientos de amor, de amistad y del querer en general, porque al dejarnos llevar siempre sentimos que avanzamos fluidamente por el río de los sentimientos que se deciden, porque ya sabemos que el amor es una decisión. Pero no imaginemos que iremos a un lugar superior, sino a una convicción de amor que nos da respuestas concretas en cómo amar o confesarnos acerca del amor. Esta certeza se parece a la abundancia, puesto que amor y abundancia llevan la misma esencia: el amor propio. El dinero pasa por un momento de certezas donde las ideas parecieran que proponen iniciativas y actos que exigen coraje y vehemencia para decidir por aquello que merecemos. Si sufrimos, el dinero huye. Si disfrutamos mucho, el dinero se queda con nosotros y florece. Por eso no a todos entusiasma. A algunos ofrece miedo porque no aprendieron a trabajar con placer, sino con sacrificios y conflictos, con dudas y comparaciones. Lo complejo de la semana se llama confusión entre lo que nos propone la voz interior con la atención que le dedicamos a lo que nos rodea. Si creemos en la voz interior, caminamos sobre nosotros y nuestros destinos que decidimos todos los días. Si ponemos atención a lo que nos rodea, sólo creamos dependencia de lo que nos da apariencia, comparándonos y compitiendo innecesariamente. Cada uno elige lo que quiere, sólo que caminar por sobre uno, nos asegura la autenticidad necesaria que ofrece esa abundancia y ese amor propio que sirve para amar a quien amamos y gozar con lo que disfrutamos. Semana para reflexionar sobre el lamento que llevamos por dentro. Semana donde comprendemos que llorar es espacio para lo nuevo y sobretodo, balance entre lo que sentimos y lo posible. El lamento sólo nos deja en el pasado, abrazándolo como si amáramos la melancolía de tiempos anteriores. Mejor que eso, es decidirnos a vivir el futuro. También, una semana para entender que no será como queremos, haciendo que nuestras metas y propuestas no sean del todo como está planeado. O son los imprevistos, los errores, el desaliento o las condiciones que los demás ofrecen, que hace que todo se retrase, o cambie de forma, o diga el final que no queremos escuchar. Pero en esto hay buenas noticias. Si sigues las señales, sabrás encontrar tesoros, riquezas, simplezas y esencias que darán alegría y entusiasmo. Sólo debemos dejar de lamentarnos y conectar con lo nuevo que se propone, porque llegan novedades a nuestro frente. Semana de sensibilidad y espiritualidad, tal vez no para hacer rituales (porque en eclipses no se realizan). Lo espiritual está en la necesidad de sentir sensibilidad que nos acompaña por dentro. No pidamos nada a nuestro dios interior ni a nuestros ángel. Ellos no saben complacernos. Ellos sólo escuchan nuestro agradecimiento, y es a través de ese “gracias profundo y soberano” donde nos comunicamos para más bienaventuranzas y señales profundas y llenas de sentir. El universo no habla con verbos, sino con poesía. No seamos mezquinos, demos gracias a todo lo que vivimos. Allí están los milagros.