No puedo es no quiero

no puedo

Al otro lado de tu negación, siempre hay un ángel cargando la victoria de saber que es posible. Y si bien estás lleno de proyectos, muchos no se concretan porque dices “no puedo”, que en verdad es un “no quiero”.
El miedo en ocasiones calcula la distancia de tu osadía, y equivoca la intuición de tu pronóstico. “No puedo” repites cada vez que posiblemente estás frente a oportunidades que te invitan a conocer lo desconocido. Hay momentos donde tu imagen perdiendo todo lo ganado es más poderosa que lo que puedes ganar. “No puedo” dice tu corazonada entrenada al fracaso. Y prefieres quedarte en la emoción del consuelo en vez de la cercana a la nueva manera de sentir que aprendes nuevas maneras. “No puedo” es la confirmación que aún guardas con mucho amor el entrenamiento para negar todo lo posible pero a su vez desconocido.
En verdad no quieres explorar nuevos territorios fuera de lo convencional, lo cotidiano y lo certero. Y si la vida fuera un camino, esa es la diferencia entre viaje y turismo. El viaje es el caminar y conocer en medio de lo desconocido para traer nuevas experiencias y asombros nunca experimentados, y ojalá de lugares vírgenes, exóticos o muy poco visitados, donde están justamente todas las nuevas maravillas. El turismo es caminar por el camino que ya muchos fotografiaron y que tu red social te ha adelantado las emociones que ya sabes cómo vivirlas, volviéndose lugares totalmente comunes donde no hay diferencias entre estar allí y decir “estuve donde tu estuviste”.
Si quisieras un poco ir más allá. Allí donde no conoces pero viven tus pasiones, donde aún no aprendes y está lo que necesitas, donde aún no has experimentado y está tu gozo, donde aún esperan los triunfos no conquistados por conquistadores de lo desconocido y no por cazadores de selfies de lo común. No garantiza ningún triunfo, pero ya la sabiduría de conocer es un triunfo rotundo. Porque podrás sentir que sabes lo que los demás no saben, y esa experiencia te vuelve visionario. Pero tendrás que mirar tu miedo y decirle que has aprendido cosas nuevas y que tal vez te gustarán. Y desde esa actitud, te llenas de valor de quebrar creencias aprendidas de otros para volverte poderosamente vivo en tu propia verdad, y no en lo que te cuentan, o peor aún, en lo que te cuentas o supones.

(Carta 8 de bastos, de Tarot de mi colección privada de la Nueva Visión de Pietro Alligo, año 2003, Torino, Italia)

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