Iniciamos un período muy reflexivo acerca de todo y todos. También, un tiempo de permitir que madure y crezca lentamente cada uno de nuestros asuntos, emociones, sentimientos, espritualidades, sensibilidades y materialidades. La comprensión profunda nos lleva a un momento muy fértil que necesita de tu confianza y tu ambición, porque sin un sueño preciso, la confianza no sabrá en qué confiar. Esta certeza intuitiva relaja la mente y hace que podamos dejar de exigir alternativas, respuestas y soluciones perfectas, para permitir a las soluciones que puedan mostrar sus posibilidades. Es un tiempo para encontrar el camino a un conjunto de cambios y transformaciones, especialmente en el ámbito de nuestras actividades y de la abundancia, siempre y cuando podamos dibujar en nuestra mente racional la imagen de nuestras ambiciones, con la mayor cantidad de detalles, pero sin incluir en la imagen a otra persona. Notaremos el inicio de un proceso, algo lento para nuestra costumbre, pero con la notoriedad de que avanza hacia una posible madurez. El viaje de nuestros asuntos sólo es hacia lo posible, porque lo imposible pertenece a nuestras intenciones de poder, y el poder sólo busca nuevas formas de evolucionar, y no de gobernar o dominar. Para quien dirige, lidera o gobierna alguna organización, son tiempos de invertir mucha energía y recursos cuando se trata de imponer caprichos, pero cuando hay una lectura sincera de la realidad, el porvenir se vuelve posible cuando guiamos hacia lo posible desde el hoy que podemos definir hacia aquello que sólo podemos imaginar. El poder cada vez tiene más dificultades en el mundo de las conveniencias personales o partidistas, porque siente más fluidez hacia las reformas del bien común. Bueno para unos, malo para otros, según el entendimiento de lo que es conveniente. Son tiempos menos agresivos, pero tal vez más profundos cuando el poder pierde la inteligencia y entra en la soberbia. Como hay reflexión, los asuntos se toman con más calma, pero rompiendo la tradición porque busca nuevas maneras ante la avalancha de nuevos conocimientos y reflexiones tecnológicas, sentimentales y espirituales. Se vienen tiempos económicamente muy deferentes, donde la historia pasada del ahorro, de las inversiones, del trabajo, del tener y del valor, sufren influencias de tan nuevas variables, que tener puede no ser tan relevante como el comprender qué es lo valioso realmente. Y sabemos que nadie debe sorprenderse ante el avance de una manera de crear intercambio y valor muy diferente, que hará que tengamos que entender otra vez qué tenemos y qué no tenemos realmente.
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