Semana donde podemos elegir el drama por la escasez, y los caprichos, por sobre lo autónomo, maduro y real. El asunto de estos días es Hacer Foco en lo importante, por sobre lo superficial. Semana para darte cuenta que haces fuerza en el lugar equivocado, al imponer tu terquedad y tu obsesión por sobre la simpleza o lo real. La confusión llega porque cualquier capricho puede entenderse como una deuda que te debes o te deben, y crees que imponiendo tus ideas o argumentos repetitivos consigues pagarte o convencer al resto de que tienes razón. Te debes o te deben la abundancia para demostrar que puedes, el reconocimiento para sentir poder, la aprobación para entender que te valoran, la actividad intensa por sobre el descanso sólo para no tener la sensación de sufrir, porque prefieres sufrir por desgaste y no por sentimientos de rabia o tristeza. Ya hace mucho tiempo, lo que no te diste o lo que no te pagaron, mejor entenderlo como el pago que has tenido que dar para aprender algo muy importante, que te deja la serenidad como regalo. Son días donde entendemos finalmente que el control sólo podemos usarlo en lo cercano y propio, y no en las decisiones de los demás ni en las causas de otros. Esto crea mucha frustración y desesperanza porque tenemos la sensación de ser desatendidos en nuestras necesidades. Son días donde cada uno está en la comprensión de lo real y lo importante. Y si no es por conciencia es por golpe o derrumbe. Por eso, es una semana para concentrarse en lo propio, en nuestros dominios, en lo que podemos sentir nuestro, porque los demás, así sean tus parientes, tus colaboradores, tus clientes, tus autoridades, tus amigos o vecinos, cada uno está elaborando el mismo proceso: qué es lo caprichoso y qué es lo valioso. No todos harán lo sensato para ti, porque la sensatez es un valor muy personal. Son días para entender que las revueltas sociales son asuntos desbordados por no entender qué es lo importante de lo caprichoso. Nos acercamos a los caudillos, porque también nos gusta el reclamo, pero no proponer o estar del lado de los aportes o soluciones. Siempre es más fácil que el otro de la solución para uno ser el juez voraz que sólo observa y crítica el defecto, en vez del valor y la madurez.

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