Son días donde todo te invita a dejar de depender de lo que te condiciona. Son días para evaluar lo que debes, lo que has permitido, lo que tendrás que devolver o no, y de lo que dependes sin necesidad de depender. Ya eres una persona adulta, y los adultos nos resolvemos sin esperar la aprobación de algo o alguien. Y sin ser un momento de tensión, es uno de coraje para dar ciertos giros que ya son bien evidentes y no podemos escondernos de lo que llegó a nuestra vida. Por un lado, son tiempos de repaso y balances del camino, pero por otro, son días para re orientar lo que nos hace bien, lo que nos da valor, lo que ya no es para nosotros, y lo que nos contenta o apasiona. Ya comprendimos lo absurdo que es vivir para mostrarse y comunicar algo que nadie comprende o valora. Es momento para dejar de hacer sacrificios o de vivir la vida de otros. Es el momento de tomar en nuestra mano lo que realmente tiene peso en el orgullo y la acción. Por todo esto, son días de incomprensiones y de mayores silencios, los que nos permitimos y permitimos de nuestros seres queridos, porque después de ese silencio, floreces, florecemos. Son tiempos de abundancia, que en algunos casos nos confunde al creer que lo que da ganancias es lo correcto. Y no, es un tiempo circunstancial de buena fortuna para tener la energía y decidir lo importante. Son días de notorio arrepentimiento de las autoridades y gobiernos corporativos, al comprender que hay algo muy de fondo que ha cambiado en la esencia, y es necesario mirar nuevos horizontes. La clase política se siente poco valorada, y eso trae el rencor de los que temen perder su poder, actuando con furia y rencor para creer que así se vuelve a ser importante. Esto es muy relevante para nuestra atención, porque quien aun se cree importante, poderoso e insustituible, dejará caer su frustración en lo frágil de nuestra vida, ensuciando, confundiendo y perturbando a quien ya consiguió su alegría, su bienestar, su serenidad interior y su sentido de vida. No tenemos que protegernos de quien da un triste espectáculo de furia y rencor, sino dejar que nuestra altura y conciencia continúe el ascenso al honor. Esto es clave para entender el dinero, los sentimientos y el sentido de vida, pero todo eso, lo explico en detalle sólo a los suscriptores de mi canal de Patreon.