Semana para dedicarse a los sentimientos, o al menos recordarlos como la primera expresión de nosotros mismos, puesto que la razón es aprendida y finalmente termina siendo la excusa para condicionar lo que sentimos. Es un momento algo místico aunque no lo queramos. Estamos rodeados de fenómenos inexplicables que sólo nos llevan a aceptar la realidad y entender que tendrás en el futuro el momento de explicar, actuar y defenderte en caso de que lo misterioso te afecte. A veces hay que esperar 30 años para decir lo que tenemos que decir, y tal vez es muy temprano. Tiempo de madurar lo injusto, no como parte de la aceptación, sino como parte de dejar las cosas a tu favor. Te deben. Y cobrarás. Semana para que los proyectos y actividades tomen forma. Eso sí, aceptando que lo nuevo y desconocido trae fortuna y lo conocido se va apagando. A veces lo desconocido es tener paciencia, porque lo conocido es romper con todo y partir con lo nuevo. Semana para que la política, la estrategia y las instrucciones se llenen de confusiones. Una cosa es decir lo que se tiene que hacer y otra es hacer aquello que el líder o jefe nunca ha realizado. Los sentimientos lo inundan todo, por eso es un momento que en todo orden de cosas, primero la emoción y luego la razón. ¿Listo para las ganancias?