Semana para abrazarnos. Y te abrazo con fuerza y celebración en estos días donde dedicamos a la confesión interior de la transformación de nuestra dieta, nuestras costumbres, nuestras necesidades, especialmente lo que refiere a las cosas materiales y al dinero. También, la manera cómo realizamos las labores son del ámbito de la duda, y el impulso es a cambiar todo radicalmente. No será así, porque una transformación es un proceso. Y vamos dejando quienes éramos ayer para abrazar a los que seremos mañana. Semana de oportunistas que se adelantan para tomar la ambición en sus manos, como también aprovechadores de un cierto relajo y toman lo que no les pertenece. Las organizaciones pasan sus días de confusiones de poder, teniendo desafíos en entender quién da las órdenes en función de una gran visión (cuando la hay). Los países lo mismo, pasan por el desorden de no comprender que, sin visión común hacia un sueño común, cualquier decisión parece conveniente para el mismo poder y no para la población. Semana de cansancio de la realidad, y nos lleva a mirarnos interiormente. Semana de dar apoyo a los demás que también buscan su camino. Semana de recibir buenas intenciones, sabiendo recibirlas de quien sinceramente desea lo mejor para nuestra vida.
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