Nos está costando salir de lo habitual, cuando ya hemos dejado atrás lo que nos molestaba o era perturbador para el presente. Ya no hay nada que reclamar. Ya no hay mayores obstáculos para ir con el enfado por la vida. Cuidado con hacer desagradable la vida a los que nos rodean. Ellos esperan de nosotros el agrado y la belleza. Semana para entender que tenemos que aceptar las nuevas creencias que moldean nuestro entorno. El mayor cambio tiene que ver con la madurez de la familia, y cómo a veces se transforma en una prisión donde se prohibe la evolución hacia la madurez. Son tiempos para crecer y evolucionar hacia nuevos puentes que nos cruzan a lo que no conocemos. Eso es lo más estable y seguro, porque lo conocido del pasado deja de tener validez. Mas bien, se desploma ante el presente. Semana para mantener el balance entre lo posible y lo imposible. Lo que está en nosotros, posiblemente tengamos algo que aportar. Lo que no, lo dejamos para que la fuerza del destino lo conduzca hacia algún lado. Vamos en la sensación de abundancia dejando que todo suceda. Es importante soltar para comprender esa conciencia que nos enseña nuevamente a entender que no somos importantes. No lo somos, simplemente somos parte de un todo mayor, anónimo, sin metas ni ganadores. Sólo participantes de lo que es posible y de lo que no es posible.
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