Semana para comprender que los asuntos no son como creemos o queremos, sino comprender que hay una distancia de ignorancia profunda que no hemos podido terminar de aprender. Hay caminos, pero no son los que creemos. Estas son las buenas noticias, porque sabremos realmente a qué tendremos que dedicarnos con más vocación. Porque es un asunto de vocación, de amor propio, de sentido personal, donde separamos otra vez, lo que no nos da gozo ni resultados amorosos. Lo que nos llena, no está en las antiguas formas. No está en el miedo a cambiar. No está en insistir en lo que funcionó hace unos tiempos. Será una semana de noticias inesperadas, de contabilidad real acerca del dinero, de entender que estamos bien, pero fantaseamos con la falta de seguridad y la precariedad, y en donde seremos testigos de eventos colectivos que sólo demuestren la frustración del presente, pero las revoluciones no tendrán propuestas, sólo reclamos, por lo que la violencia, la fuerza excesiva, la destrucción y el tormento de los reclamos sólo queda en eso: gritos de rabia sin tener efectos en los que deberían escuchar. ¿De qué sirve reclamar si no tenemos ideas, propuestas, respuestas o planes?.
Ir a versión completa aquí