Semana de eclipse. Semana de arrebatos. Y no de arrepentimientos. Aunque tengamos la sensación de haber elegido erradamente, lo que hemos decidido nos conduce hacia evoluciones profundas por caminos desconocidos. Son días donde las cosas se conducen por misterios y obliga a profundizar para conocer los alcances en el plano emocional y del dinero. Las pasiones obligan a responder con pasión, ya sea en lo que comienza como en lo que acaba. Y la pasión es energía, por lo que no sólo en el mundo sentimental, sino también en la vocación y el lo próspero. Hay cosas que acaban y dan paso a otras, por lo que hay una energía de cambios de actividades, ya sea porque hay potencias que ya no son posibles, pero dejan espacio a otras que sí son posibles. El enojo es retroceder. La violencia es inmadurez. La cólera es hacia uno mismo que, teniendo toda la información a nuestro alrededor, creímos que no podría ser posible que aquello cómodo, conocido y propio, cambie abruptamente, obligándonos a tener que aprender todo otra vez. Esto es esencial para entender los gobiernos del presente, que intentan crear condiciones tensas para verse relevantes, cuando en verdad se acercan tiempos de nuevas formas de organizarnos. Siempre el universo ha creído en el caos para dar paso a la abundancia y la vida.

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