Se viene una semana para ir al rescate de nuestra pasión. Es agotador tener que recuperar aquello que nos anima y nos devuelve la ambición en proyectos, actividades, diversión y sobretodo, en esencia personal. Es una semana donde es muy fácil mentirse porque nuestro ego quiere ese poder del protagonismo competitivo de las alabanzas y reconocimientos, pero en verdad, estamos viajando hacia el interior profundo, honesto y rico en valor. Esta lucha, cansa profundamente, porque sentimos que no avanzamos. Quien no avanza es el ego en sus planes. Avanza tu alma hacia esa esencia. En el mundo económico y político, corporativo y social sucede lo mismo. Viajamos hacia nuevas revelaciones sociales y económicas que no son ni buenas ni malas, sino sinceras y sanas en función de las nuevas condiciones que el mismo mundo crea. Por más que intentemos cuidar nuestras conveniencias, la única importancia es volver al poder de la pasión de lo que somos en verdad. La abundancia está en eso, y no en las posturas falsas o armadas como un teatro. La abundancia nos busca honestos. No nos quiere pobres, nos quiere útiles para servir y dar lo mejor que tenemos. Las corporaciones y las naciones comienzan a observar que lo aguerrido y lo arrogante no es un buen negocio, porque de posturas no se come ni se abraza. Es tiempo de dejar de intentar repetir nuestro pasado, y con mucha humildad, llevar para delante lo que somos en verdad.

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