Hoy les contaré una historia que me ha dado sentido de vida y valor en estos días.
En el fondo del mar vivía una ostra. Un día, asombrada, vio pasar junto a ella una perla suelta. Haciendo gran esfuerzo logró retenerla a su lado. «Si mantengo esta perla a mi lado, cuando vengan los pescadores, verán la perla y evitaré que me capturen».
Llegó el día en que aparecieron los pescadores de perlas, pero sus ojos estaban alerta para ver ostras y no perlas sueltas, así que cogieron la ostra que no contenía tesoro alguno.
En el fondo del mar, hay una maravillosa perla, esperando a un pescador que busque perlas, y no ostras.